Manuel Gonzales Prada nació un 5 de enero de 1844

José Manuel de los Reyes de Prada y Álvarez de Ulloa, su nombre real, nació en Lima, el 5 de enero de 1844 y falleció el 22 de julio de 1918, de origen aristocrático, fue un escritor y político peruano. Se adhirió al positivismo, anarquista, ensayista y fue muy crítico con el papel de la clase gobernante del Perú de aquel entonces.

Luchó en la guerra contra Chile (1871-1883) fue uno de los promotores de la creación del ejército de Reserva, para la defensa de la capital peruana. Ante la ocupación chilena, se recluyó en su casa como señal de protesta. Finalizada la guerra con Chile, fue acusador de la clase dirigente peruana, del Ejército y la Iglesia católica. En un célebre discurso en Lima, el año 1888, proclamó: “¡Los viejos a la tumba, los jóvenes a la obra!”.

Su poesía es vinculada a un romanticismo rebelde, haciendo notar sus preocupaciones políticas y sociales. Cabe recordar que, desde su juventud, se definió como un político de ideología próxima al anarquismo. Es así como en sus ánimos de luchar contra la corrupción del sistema, fundó la Unión Nacional, también publicó diversos ensayos y artículos manifestando su radicalismo político, anticlerical e indigenista. Su discurso fue el soporte ideológico de algunas corrientes políticas del siglo XX.

Continuó sus ataques contra la corrupción y la mediocridad, se apartó de la Unión Nacional por su alianza con los liberales, se presentó como opositor al gobierno de Nicolás de Piérola y fundó El Independiente (1899). Sus ideas anarquistas llegaron a los obreros en favor de una confraternidad universal y, cuando la indiferencia lo rodeaba, aceptó la dirección de la Biblioteca Nacional, vacante por la renuncia de Ricardo Palma (4 de marzo de 1912). La opinión pública censuró su aceptación, fue acusado de aprovecharse de la situación, ya que se encontraba distanciado del autor de las Tradiciones peruanas.

Gonzales Prada se definió a sí mismo como “pensador libre”, adherente del positivismo y del progreso científico y técnico, lo cual explica la multiplicidad de temas que toca su obra: filosóficos, gramaticales, religiosos, políticos, entre otros. Impugnó la religión cristiana y a la jerarquía eclesiástica de su época; consideraba que muchos de los defectos del Perú republicano provenían de la dominación española; para él el indio no era inferior al blanco ni al mestizo y todo lo que requería era mejorar sus condiciones sociales y económicas y brindarle una educación capacitadora.

Como prosista es recordado principalmente por Páginas Libres (1894) y Horas de Lucha (1908). En el artículo Nuestros indios (1904), explicó la supuesta inferioridad de la población autóctona como un resultado del trato recibido, de la falta de educación.

Como poeta, publicó Minúsculas (1901) y Exóticas (1911). Sus Baladas peruanas (1935), que recogen tradiciones indígenas y escenas de la conquista española, fueron escritas a partir de 1871. Póstumamente también aparecieron Trozos de vida (1933), Grafitos (1937) y Adoración (1946).

En 1887, se casó con la francesa Adriana Adelayda Verneuil Conches. Sus dos primeros hijos, Cristina y Manuel, murieron antes de cumplir el primer año de vida. Tuvieron un tercer hijo Alfredo, que se suicidó en 1943. En 1878, tuvo una hija con Verónica Calvet y Bolívar, llamada Mercedes González Prada Calvet.

La biografía de Manuel Gonzales Prada forma parte indudable de la historia política del Perú, pues su discurso fue el soporte ideológico de algunas corrientes políticas del siglo XX.

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