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Con buena salud física y mental, podemos todo

Con el inicio de la pandemia y todo lo que generó a nivel mundial, la población, en gran parte, se concientizó y sensibilizó sobre la gran importancia de tener buena salud. Tras estos acontecimientos que remecieron el mundo, nos encontramos en el Día Mundial de la Salud, que se celebra cada de 7 de abril conmemorando la fundación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para generar conciencia sobre las enfermedades que afectan a los ciudadanos del mundo, así como fomentar hábitos saludables.

Cada año, los Estados miembros de la OMS, escogen un tema que sea representativo a las necesidades y áreas de salud prioritarias. En este 2022, el tema central del Día Mundial de la Salud es “Nuestro Planeta, Nuestra Salud”.

Este tema invita a las personas, comunidades, gobiernos y organizaciones de todo el mundo a difundir información sobre las medidas que adoptarán para proteger nuestra salud y nuestro planeta.

En especial tras la pandemia del coronavirus que ha afectado en mayor proporción a las poblaciones más vulnerables, pobres y con acceso a servicios sanitarios más deficientes. Circunstancia no solo injusta, sino también evitable.

En el Día Mundial de la Salud del 2021 se animó a los países y gobernantes a acabar con estas desigualdades y que todos podamos salir juntos de esta crisis sanitaria, con las mismas oportunidades.

Mejorando nuestra salud física y mental

Doris Alvines, Enfermera y Coordinadora de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Ciencias y Humanidades (UCH), nos recomienda, “adoptar estilos de vida saludable, como buena alimentación, actividad física constante, promover relaciones interpersonales positivas, cuidar nuestra salud mental y aplicar una cultura de paz, tener hábitos que mejoren el medio ambiente, así como estar en armonía con la naturaleza”.

Por su parte, Judyth Morales, Psicóloga y Directora de la Escuela Profesional de Psicología, de la Universidad de Ciencias y Humanidades (UCH), detalla estas recomendaciones para prevenir y cuidar nuestra salud mental: “hacer deporte o alguna actividad física permite la disminución de las hormonas liberadas por el estrés como por ejemplo el cortisol, tomemos en cuenta que las actividades en campo libre es mucho mejor. También es importante respirar adecuadamente, así como tomar un tiempo para la meditación”

Sobre alimentación aconseja consumir menos comida chatarra, pero incrementar las frutas y verduras, “procurando siempre un balance entre carbohidratos, proteínas y aquellos alimentos con mayor cantidad de vitaminas. Algo importante es el cuidar las proporciones de comida de acuerdo a nuestra actividad física”.

Debido a las labores del día y las preocupaciones o cargas emocionales, las personas suelen padecer problemas con su salud, “dormir es vital para nuestro organismo, porque permite recuperar nuestras energías para el día que se avecina. Algo que ayuda mucho es la comunicación con los familiares y amigos, para hablar mutuamente, sobre cómo nos sentimos, qué pensamos. Dar a conocer nuestros miedos e incertidumbres, así como pedir ayuda cuando sintamos que las cosas se han salido de nuestro control. Estas acciones disminuyen el estrés”.

“Es muy recomendable darse un tiempo para hacer alguna actividad relajante y que a la vez permita compartir con las personas que queremos. También podríamos organizarnos de tal forma que participen todos los miembros de la familia en los quehaceres del hogar”, recomienda Judyth Morales.

La contribución de los profesionales de Enfermería y Psicología

Sobre el aporte de los profesionales de Enfermería para mejorar la salud de la comunidad, Doris Alvines nos explica, “todos los profesionales de la salud, tenemos la responsabilidad de educar a la población, para que sea capaz de tomar decisiones saludables, que las personas puedan comprender que la prevención nos lleva a no sufrir consecuencias letales y evitar gastos innecesarios”.

“Es importante tener en cuenta que debemos ver a la salud no solo en su dimensión física y psicológica, sino también social. Esto implica que los profesionales de la salud, además de centrarse en lo clínico o lo somático, debe enfocarse también en las intervenciones que promuevan el bienestar psicológico, emocional y social, ver al ser humano en todas sus dimensiones, en su interacción con el entorno, el medio ambiente, sus condiciones de vida, su educación, su  trabajo, su economía, entre otras que contribuyan con la promoción y mantenimiento de la salud, esto también requiere el trabajo interdisciplinario para lograr mejores condiciones de vida direccionadas a fortalecer la salud de la persona, la familia y la comunidad”, manifiesta Alvines.

“El profesional de Enfermería, tiene como objeto de estudio el cuidado, en ese sentido, nuestro aporte es vital, porque debemos promover el autocuidado de las personas, en todas las etapas de su vida y en los diferentes escenarios, es decir en la comunidad, en las familias, en los colegios y diferentes instituciones públicas o privadas. Debemos conseguir que las personas cuiden de su salud y mejoren sus condiciones de vida. Los enfermeros somos partícipes de gestionar el cuidado y trabajar para disminuir las brechas e inequidades en salud, ser generadores de cambios que sean favorables para nuestra población y en los diferentes campos de acción en el cual nos desempeñamos”, agregó la Coordinadora de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UCH.

En el caso de los profesionales de Psicología y su aporte para la salud de la población, Judyth Morales nos detalla que, “brindan un aporte importante en mejorar la salud de la comunidad, desde una atención primaria ya sea en la escuela, hospital o empresa, el psicólogo está capacitado para escuchar, identificar y orientar si hay algún indicador de problema en la salud mental para derivarlo si es necesario a otro profesional competente, esta acción es importante como un primer paso, pues ayudará a la persona a tomar consciencia sobre el apoyo adicional que requiere”.

“En las atenciones secundarias y terciarias el psicólogo clínico apoya en el diagnóstico, tratamiento y restablecimiento de los pacientes, en un trabajo en equipo con otros profesionales de la salud como los psiquiatras, médicos, enfermeros, entre otros”, enfatiza Morales.

Judyth Morales también puntualiza sobre un grave problema social frente a la atención psicológica “el enfoque terapéutico que se utilice, de acuerdo a la necesidad del paciente, siempre será útil en su restablecimiento y es necesario ir disminuyendo el estigma o vergüenza de “ir a terapia” algo que lamentablemente sucede en la población en general, e incluso entre profesionales. Es por ello que la persona debe acudir ya sea a su establecimiento de salud mental comunitaria, como ahora se están impulsando en muchos distritos de nuestra capital, a un hospital o a un consultorio psicológico particular. Cualquiera de las alternativas, de acuerdo a la capacidad económica que puedan tener la persona, que es otro factor importante, representa la voluntad, el esfuerzo y el amor por sí mismo para mejorar su salud, algo que va a repercutir en su familia y por ende en la sociedad”.

“El psicólogo en estos momentos y en los años venideros va a ser un profesional muy valorado, los efectos de la pandemia, del encierro, del poco contacto que hemos tenido durante estos últimos años se verán en el mediano y largo plazo y es allí en donde debemos mostrar nuestro profesionalismo y capacidad para enfrentar estos escenarios sociales”, destaca la Directora de la Escuela Profesional de Psicología de la UCH.

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